El año fiscal 2016 se estrenará con mayor presión fiscal. Particularmente en la franja de grandes contribuyentes. El martes, la Legislatura tratará el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo que propone modificar la Ley Nº 8467 (Ley Impositiva de la Provincia) y la Ley Nº 5121 (Código Tributario Provincial). Y esto ha despertado la reacción de empresarios y de profesionales contables que observan que Tucumán está lejos de atraer nuevas empresas con este tipo de legislación.
Según el presidente del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán, Abelardo García, el Gobierno pretende elevar de 3,5% a 4,5% las alícuotas del impuesto sobre los Ingresos Brutos de acuerdo a una escala de ingresos gravados, no gravados y exentos obtenidos por los contribuyentes en el período fiscal 2014. “Se trata de una modificación que tiene efectos meramente recaudatorios cuando lo que se debería plantear la provincia sería justamente todo lo contrario. O sea reducir la presión fiscal a fin de lograr atraer inversiones brindando un marco de seguridad jurídica y competitividad fiscal frente a otras jurisdicciones”, indica.
A criterio de los contadores, una provincia alejada de los grandes puertos y de los principales centros de consumo, debería replantearse la política tributaria reduciendo la presión fiscal lo que redundaría en una mayor inversión, producción y consiguiente consumo que impactaría en una mayor recaudación.
Está comprobado que llegado a un límite de la presión fiscal la recaudación tiende a disminuir, advierte García.
Otro efecto negativo de esta medida consiste en que por las características intrínsecas de Ingresos Brutos que grava cada etapa de la comercialización (efecto piramidal y en cascada), seguramente será trasladado por las empresas a los precios cayendo en definitiva el peso del tributo en el consumidor final.
Del mismo modo, Agustín Zeppa, coordinador del colegio de graduados y miembro de la comisión de Impuestos de la Federación Económica de Tucumán (FET), sostiene que -con los cambios- se está generando un encarecimiento en las empresas de un impuesto que se trasladará a precios. “Además será un gran condicionante entre las empresas grandes para vender en Tucumán o las obligará a replantear la posibilidad o no de instalarse en la provincia”, sintetiza. Zeppa indica, además, que la iniciativa oficial también contempla suba de alícuotas para los servicios financieros. Esto provocará el traslado inmediato a los costos en los préstamos en el caso de los bancos y en los gastos administrativos que perciben las tarjetas de crédito”, acotó.
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